domingo, 11 de enero de 2015

TODO MUY RARO

Acá no se respeta el concepto de familiar. Por ejemplo, si un chocolate dice que es "familiar", se supone que debemos comerlo entre todos. Esta mañana descubrí que al chocolate familiar que teníamos en la heladera le faltaba dos barras completas. Alguien las había comido durante la noche. Sospecho que fue mi mujer. Aunque bien pudo haberlo hecho durante las primeras horas de la mañana. Los domingos ella da clases muy lejos de casa y se va temprano. Hoy ni registré cuando se fue. Revisé los restos de su desayuno: té y tostadas con manteca. Raro que hubiera mezclado eso con chocolate. Tuvo que haber sido durante la noche. La madrugada da siempre cierta impunidad para este tipo de fechorías. Hice justicia y decidí comer una barra yo mismo. Curioso en mí, porque contrariamente a lo que todos suponen yo no soy un tipo vengativo. Pero lo más extraño fue que no pude terminarla. Eso si que era raro. Yo puedo comer chocolate a cualquier hora, puedo tranquilamente desayunar sólo chocolate. Dejé el resto de la barra dentro del paquete original en la heladera. Entonces sonó el timbre de la calle.

Eran los Testigos de Jehová. Rarísimo, porque ellos normalmente suelen pasar cerca de las 8 AM y ahora ya eran pasadas las diez. Ni se me hubiera ocurrido atender, si eran las ocho. Nadie molesta salvo ellos a esa hora. Pero a las 10.20 me sorprendieron. Tal vez estaban cambiando de estrategia, los muy astutos. En lugar de mandarlos a la mierda como hago siempre, les pregunté qué se tramaban cambiando la hora para molestar y -aquí viene lo verdaderamente extraño- en vez de responderme con sus deprimentes argumentos, salieron corriendo a toda prisa. Les grité groserías a través del portero eléctrico, sólo por divertirme. Me asomé al balcón y pude ver como se reunían en la esquina todos los Testigos que estaban desperdigados por la cuadra. Entonces uno de ellos señaló en dirección a mi departamento y chifló fuerte. Una camioneta negra llegó al instante a recogerlos. Aún pude gritarles algo antes de que se subiera el último. Ninguno era gordo, es todo lo que puedo asegurar por ahora.
Estaba siendo una mañana agitada, además de rara. Me desplomé sobre el sillón como si hubiera terminado de cortar leña. Estaba agotado. Siempre estoy agotado si es domingo por la mañana. Entonces sonó el timbre del teléfono celular.
Eran amigos de los cuales hacia mucho tiempo no tenía noticias. Aseguraban que tenían ganas de verme, si era posible hoy mismo. Todo muy raro. Yo no estaba preparado para una mañana tan movida. Así que decidí tomarme un tiempo para analizar qué resolvía al respecto. Volví a tumbarme sobre el sillón. Todavía tenía que consultarle a mi mujer si ella tenía ganas de ir, y además ajustar cuentas acerca del chocolate. Ya me ocuparía de los Testigos de Jehová. Entonces sonó el teléfono de línea, el rojo.
Era el Comisionado. Unos tipo se habían metido donde no debían y esas cosas de siempre. Llamé a Alfred, el traje ya estaba listo. 

15 comentarios:

  1. Y tanto. Sobre todo el final. Sería raro que hubiera una segunda parte. Me inclino más por la continuación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tanto para quién? Quién lo hizo?
      No habrá segunda parte, sólo tercera.
      Se agradece el comentario.
      Saludos!

      Eliminar
  2. Todo muy raro... los domingos por la mañana generalmente los murcielagos se quedan abrigaditos en cuevas tristes... Además, lucen mejor cuando la noche es rara.
    Yo también, igual que Alex, quiero que siga.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No estoy seguro si Alex quiere que siga. "Me inclino más por la continuación", dijo. En palabras de él podrían significar cualquier cosa.
      Guarda que durante este tiempo las cuevas han cambiado mucho, raro concepto tiene usted de ellas. En todo caso un día se viene de visita y lo comprueba.
      Saludos!

      Eliminar
    2. Fundemos algo nuevo, señores. Y llamémosle algo.

      Eliminar
  3. Me quise hacer el gracioso con Sumo y me quedé como esos tipos que, ante el silencio general, intentan explicar el chiste...
    No importa si Alex quiere o no quiere, ¡¡usted escriba!! no ande exigiendo a otros lo que usted le da pereza hacer...
    ¿Qué fundamos Alex? ¿Porqué no hacemos un blog que se aloje en los comentarios de las entradas de Thevilla...?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El lugar se encuentra habilitado, cumple con todas las normativas municipales estipuladas y está a vuestra entera disposición.

      Eliminar
    2. Si el lugar se encuentra habilitado y cumple con la normativa no veo ningún problema para fundar un blog que se aloje en los comentarios de las entradas, maestro. ¿Cómo empezamos? ¿Inventamos unas reglas?

      Eliminar
  4. Bueno, muchas gracias. Aunque no hay café... Igual aprovecho la oportunidad para decirle al señor Alex que me fue imposible comentar su publicación. Es complicado el sistema, al menos para mi. ¿Hay algo para comer TheVilla?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre hay algo para comer. Por eso mi panza crece y crece. Lo esperamos!

      Eliminar
    2. Tres gordos de rebote comentando en un blog no sé si es algo que pueda soportar la infraestructura técnica de Wordpress, así que voy a mantenerme a dieta para no superar el peso máximo autorizado.
      Hombre, Germán, avísame antes que he estado toda la noche muy atento por si comentabas y ya estoy mayor.

      Eliminar
    3. No, si esto es blogger, ya sé.

      Eliminar
    4. Oiga, que yo no llego de rebote, eh!
      Bueno, más o menos.

      Eliminar
  5. Igual aprovecho también para decirle al señor Germán que me ha sido posible cambiar fácilmente el sistema, al menos para él, Dicho cambio le permite comentar y ya está.

    ResponderEliminar